Es autodidacta en varias disciplinas artísticas: Diseño, Fotografía, Artes Plásticas, Música, etc. Fue colaborador de David Alfaro Siqueiros (1968) y Alejandro Jodorowsky (1973). Autor de bustos de Juan José Arreola (1958), Siqueiros (1972) y Octavio Sentíes (1976), y de esculturas colocadas en las calles de la ciudad de México en Montecitos e Insurgentes (1968), en Ixtapa (1979) y en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, Acatlán (enep–Acatlán) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) (1979). Ha sido musicalizador, productor de las películas Robarse el arte y Anticlima y director de esta última cinta; iluminador y escenógrafo teatral y libretista de piezas para ballet. Desde 1966 ha presentado su obra pictórica en cerca de cincuenta exposiciones colectivas e individuales en galerías y museos de México. Colaboró en revistas como Crononauta, Claudia, Caballero, Él y Ella, Eros, Cuadernos de Comunicación, Contrato Arte (enep–Acatlán), Contrato Obra Gráfica (Escuela Nacional Preparatoria, enp), Arquitecto, Hiperrealismo Prisma Color, Plural, Casa de las Américas y en el diario Unomásuno. Fue profesor de diseño en la enep–Acatlán y miembro fundador del Patronato Nacional de Arte Sacro.

La multifacética obra de Ángel Sánchez Gas se extiende al terreno de la creación y de la investigación científica: inventó distintos objetos patentados que son entre arte y broma o descubrimientos de posibilidades, según Lazlo Moussong. Su expresión literaria está en géneros como la poesía y el relato. Del primer género publicó Fábula en mi boca, Desdemolde e Inconfórmula y proseo; en Glosa flexible y Residuario combina poesía y narrativa. En un primer momento sus poemas abordaban aspectos de la cotidianidad. De manera reposada se refería a los sueños, a personajes queridos, temores y al regalo de Reyes. Apela más al sentimiento amoroso de pareja y orienta su expresión a reflexionar sobre la ausencia, la soledad o la nostalgia de lo vivido. Cultiva el relato breve y la prosa poética de manera innovadora. Con sus escritos reflexiona y cuestiona el diario vivir o algunos aspectos del pasado; es incisivo y penetrante en sus observaciones críticas.