Provenía de familias notables de México. Estudió pintura con Alfredo Ramos Martínez y, en la Academia de San Carlos, con Saturnino Herrán. Abandonó los estudios formales para practicar por su cuenta las diferentes corrientes pictóricas. En 1919 conoció a Xavier Villaurrutia y a Salvador Novo, cuando ellos cursaban el tercer año de la Escuela Nacional Preparatoria (enp). En 1922 viajó a Europa por primera vez, donde visitó museos en Francia, Italia, Alemania y Bélgica, y se relacionó con artistas del movimiento vanguardista. En París asistió a "La Grande Chaumiére", sitio de reunión de los principales pintores de la época; a su regreso a México montó su primera exposición (1924), la cual revela su influencia parisina, sobre todo en los temas circenses. Nuevamente, en 1927, regresó a Europa y vivió en París entre 1928 y 1930. Allí participó en el surrealismo a través de su amistad con Robert Desnoes y César Moro; también asistió al atelier en el que Charles Dullin ejercía la dirección y la crítica teatral. Fue considerado el pionero del surrealismo en el arte mexicano por varios historiadores especializados. En 1931 regresó definitivamente a México. Impartió clases de pintura en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda" y en el Instituto Nacional de Bellas Artes (inba). Fue miembro del "Grupo sin Grupo" de Los Contemporáneos y, junto con ellos, colaboró en distintas empresas: realizó la escenografía y el vestuario de la mayor parte de las producciones del Teatro Orientación (1932–1934) y de algunas del Teatro de la Universidad (1936) y de Bellas Artes; asimismo, diseñó la portada de El Hijo Pródigo, revista en la que se dedicó a la crítica de arte. Desde su juventud entabló una gran amistad con Xavier Villaurrutia, con quien compartió no sólo un estudio sino una serie de proyectos, como la traducción directa de obras de autores italianos y franceses, muchas de las cuales aún permanecen inéditas, y la realización de una ópera. Para Manuel Rodríguez Lozano esta colaboración consistía en que "Agustín pinta los poemas de Villaurrutia cuando Xavier no escribe los cuadros de Lazo". En 1982 sus pinturas fueron exhibidas de manera póstuma en el Museo Nacional de Arte. En 1950, cuando murió Xavier Villaurrutia, Lazo se retiró por completo de toda actividad pública.

Agustín Lazo Adalid, a pesar de su escasa obra dramática, participó activamente en la creación del teatro experimental en México, principalmente como escenógrafo y diseñador del vestuario, que dio un sello característico a las producciones del Teatro Orientación y, además, como traductor de obras para ser representadas. Su primera obra, Segundo Imperio, que se inicia a bordo de la "Novara" y concluye con el regreso de Carlota a Europa, aborda desde una perspectiva humana la tragedia de los emperadores que, aunque bien intencionados, sólo fueron "piezas de ajedrez" movidas por los intereses extranjeros. La huella, estrenada durante la Primera temporada de teatro mexicano de Bellas Artes, se ocupa de un conflicto amoroso ocasionado por las costumbres sociales y la diferencia de edad, en vísperas de la Revolución. En El caso de don Juan Manuel da una interpretación sicológica a la leyenda colonial: el latente y obsesivo temor del personaje de cometer un incesto es la causa de sus asesinatos. Aunque no participó propiamente en la revista, como Rodríguez Lozano, ha sido considerado pintor de Contemporáneos; sus óleos, dibujos, acuarelas y collages –la gran mayoría, dispersos o perdidos– reflejan una asimilación muy personal del surrealismo.