Hizo sus estudios primarios en su pueblo natal. En 1910 ingresó al Partido Antirreeleccionista y presidió la Junta Revolucionaria de Teocaltiche. Trabajó como corresponsal en 1911 de El Regional de Guadalajara y, más tarde, de El Pueblo y El Demócrata. En 1919 editó el periódico de combate y carácter revolucionario El Mensajero. En 1929 fue llamado a colaborar en El Nacional Revolucionario, para más tarde ser su corresponsal en Guadalajara, puesto que conservó durante muchos años. De 1920 a 1921 fue redactor del periódico La Revancha, de San Pedro de las Colonias, Coahuila, y de El Jalisciense, entre 1932 y 1939. Fue jefe de la Oficina de Cinematografía de la Secretaría de Educación (1947), jefe de información del Primer Congreso Científico Mexicano (1951), director de prensa de la Primera Exposición de Arte Mexicano en Europa (1952), secretario general de la Sociedad de Amigos del Libro (1953–1959), secretario auxiliar del secretario privado del Presidente de la República (1959–1964), asesor del director del Instituto Nacional de Vivienda (1965–1967) y del director general de la Lotería Nacional (1967–1969). Colaboró semanalmente en El Occidental, de Guadalajara, y en la revista México Gráfico, de la ciudad de México, desde 1959 hasta su muerte.

Manuel Jesús Aguirre Romo, periodista revolucionario y narrador, se interesó por la historia, costumbres y tradiciones mexicanas, especialmente de su estado natal. Alma campera, su primera novela, relata la historia de Inocencio Quintero y la transformación de su hacienda El Vergel en una cooperativa agrícola en la época del cardenismo; en ella describe tradiciones jaliscienses como el jaripeo, peleas de gallos, charrerías y la famosa Feria de San Juan de los Lagos. Guadalajara, la ciudad errante, narra el triángulo amoroso entre los indígenas Molotzin, Tonatzin y el español Pedro Ximeno, hilo conductor para abordar con rigor histórico, el periplo de los españoles en busca de un sitio definitivo para establecer Guadalajara.