Estudió en la Escuela de Arte Dramático (1952-1954) y en la Academia de la Danza Mexicana (1955-1958), del Instituto Nacional de Bellas Artes (inba). Tiene una amplia trayectoria como bailarín en el Ballet Nacional (1958), en el Nuevo Teatro de la Danza (1958-1959) y en el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, desde su fundación. Fue coreógrafo del Grupo “Cantos y danzas de México” y director del Ballet México Folklórico. Se encargó de las actividades artísticas y culturales del Colegio Superior de Agricultura Tropical en Cárdenas, Tabasco, a partir de 1975. Participó en la creación del Instituto Tabasqueño de Cultura, de la Casa de Cultura “Carlos Pellicer Cámara” y de la Casa de Cultura de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (sarh) de Tabasco, fungiendo además como director de estas últimas. Fue profesor en el Colegio Superior de Agricultura Tropical, en el Centro de Estudios Superiores de San Ángel y en la Escuela de Artes Escénicas. Como actor hizo su debut con La sublevación de los conejos, de Palacios, en 1954, obra a la que le siguieron, entre otras, La excepción y la regla, de Bertolt Brecht (1972), Te quiero lo mismo (1996) y La última noche de Cali (1997). Ha dirigido obras de distintos autores, de las cuales destacan Israel, de José Revueltas, Buena suerte, de Popov, La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde y Viento Sur, de Ignacio Retes. Pertenece a la agrupación Ateneo Cultural Tabasqueño, a la Asociación Cultural Cuicalli y a la Fundación Salvador Novo. Ha colaborado en las revistas Él (1977-1987), Albatros Viajero (1994) y Mascarada (1997).

Tomás Quiroga Iglesias, además de su interés por la danza, ha escrito poesía y teatro, en este último trata la problemática social en distintas épocas y naciones; con un lenguaje directo critica la actitud pasiva del hombre frente a la muerte y la violencia en México.