Al igual que su padre, el caricaturista Álvaro Pruneda y su hermano, del mismo nombre, incursionó en el periodismo de combate y satírico publicando en El Jacobino, de Paulino Martínez (1907), La Sátira (1911-1912), El Ahuizote, semanario político de caricaturas (1912) y La Cucaracha (1915-1918). Participó activamente en el Ejército Constitucionalista y en sus publicaciones El Constituyente (1916-1917) y El Zancudo, Órgano del Congreso Constituyente (1916). Sus caricaturas aparecieron en más de setenta publicaciones, tanto nacionales como extranjeras, entre las que se cuentan El Gladiador (1917), El Heraldo de México (1920), El Universal Gráfico (1924), The Herald (1929), The Director, The Times, California Gráfica y Cinelandia, de Los Ángeles, California (1925), Últimas Noticias de Excelsior y Diario del Sureste, de Mérida, Yucatán; ilustró los suplementos “Revista Mexicana de Cultura” (1936-1970) y “México en la Cultura” (1973). Fue el creador de Don Catarino y su familia, tira cómica con guión de Hipólito Zendejas, publicada por primera vez en El Heraldo de México, aunque se popularizó en Últimas Noticias de Excélsior (1936); en la década de los cincuenta la publicó como historieta, de la que salieron veinte números. En 1937 creó la historia de El Compadre coyote. Ilustró la revista Palomilla, creada por el gobierno cardenista con fines. Con Eduardo Batista realizó la película Abismo, que no llegó a estrenarse, y efectos especiales para las películas La mujer del puerto (1934) y El primo Basilio (1935). Fundó los noticieros cinematográficos y dirigió el Noticiero Mexicano (1940-1943). En los años sesenta estuvo a cargo del Departamento de Dibujo de El Nacional.

Salvador Pruneda Castro ilustró un sinfín de artículos y de publicaciones reproduciendo la imagen de distintas personalidades; sus caricaturas desarrollan temas disímiles como la crítica política o el humor blanco. En 1922 la historia de Don Catarino y su familia asumía la voz editorial de El Heraldo de México una vez a la semana; contaba sus memorias diariamente para convertirse en una historieta humorística los domingos. El compadre Coyote los personajes son dos coyotes que asumen una posición de crítica social, uno representa al indígena y otro al mestizo. Al principio el autor sólo intervenía en la parte gráfica, después también en la construcción de la historia. Escribió ensayos históricos sobre la Revolución Mexicana, a partir de sus memorias (Huellas) y del recuento pormenorizado de la historia gráfica de la caricatura política, desde principios del siglo xix hasta el movimiento maderista (La caricatura como arma política).