En su estado estudió la preparatoria. En la Ciudad de México se inició en el periodismo y fue fundador de los diarios El Universal, Excelsior y Novedades. Escribió artículos y columnas para diarios y revistas capitalinos como Excelsior (1930-1936), El Universal (1985-1995) y su suplemento “El Universal y la Cultura” (1985-1990), la revista Hoy, con la columna “Galería de la Revolución”, Revista de Revistas (1955-1961) y el suplemento “México en la Cultura”, de Novedades (1958-1967). Recibió la Medalla Félix Fulgencio Palavicini (1994), la “Belisario Domínguez” que otorga el Senado de la República (1986) y la “Eduardo Neri al Mérito Cívico” (1987); fue homenajeado en varias ocasiones por el Gobierno del Estado de Tabasco declarándolo “ilustre cunduacanense”, en 1982.

Alfonso Taracena, historiador, cronista y narrador, se dedicó a estudiar y relatar los hechos de la Revolución Mexicana, en especial a desmitificar las interpretaciones falsas de la historia tradicional como en La Revolución desvirtuada e Historia extraoficial de la Revolución; también escribió las biografías de los personajes de este pasaje histórico, principalmente de Francisco I. Madero: Madero. El héroe cívico, La labor social del presidente Madero, Madero, víctima del imperialismo yanqui, así como de Emiliano Zapata: Zapata. Fantasía y realidad y de Venustiano Carranza; otras de sus investigaciones las dedicó a José Vasconcelos: Viajando con Vasconcelos, Los vasconcelistas sacrificados en Topilejo y su biografía. De sus novelas, Mexicanas modernas exalta a la mujer mexicana, y en Los abrasados, relata los hechos de la Revolución; sus cuentos son de corte costumbrista.