A finales de 1939, tras décadas de labor diplomática, Alfonso Reyes radicó definitivamente en la ciudad de México y enseguida se dedicó a establecer un lugar para sus libros; fue entonces cuando construyó su casa a la manera de una biblioteca con anexos. Este lugar fue un centro de reunión de intelectuales, abrevadero de sabiduría y cultura, y es por ello que Enrique Díez-Canedo solía llamarlo la “Capilla Alfonsina”. El 13 de junio de 1972, trece años después del fallecimiento de Alfonso Reyes, se emitió un decreto presidencial por el cual el inmueble y los libros pasaban a ser patrimonio nacional. En respuesta a la petición encabezada por la Universidad Autónoma de Nuevo León y signada por destacadas personalidades e instituciones educativas del estado, el 14 de enero de 1980 un nuevo decreto emitido por el Ejecutivo Federal otorgó la custodia de la biblioteca propiedad de Alfonso Reyes —que con el nombre de Capilla Alfonsina funcionaba hasta ese momento en la ciudad de México— a la Universidad Autónoma de Nuevo León. Cabe mencionar que la Capilla Alfonsina de México, donde Reyes vivió, permaneció con este nombre y actualmente es museo y centro de estudios literarios. El 13 de noviembre de 1980 se inauguró oficialmente la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria en el edificio creado especialmente para ello en nuestra Máxima Casa de Estudios, y en enero de 1981 comenzó a ofrecer sus servicios a la comunidad universitaria y al público en general, contando además con otros fondos bibliográficos y hemerográficos. Actualmente, con más de 4 mil metros cuadrados en dos niveles, siete salas y un acervo en incremento de alrededor de 176 mil volúmenes, la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria es una institución dinámica que promueve la difusión y creación del conocimiento.