Aunque los Juegos Florales de Mazatlán se celebran desde 1925, fue hasta 1973 que las formas clásicas dejaron de ser obligatorias para el certamen y se otorga la "flor natural" a poemarios de formas y temáticas libres. Desde ese año el nombre del certamen lleva el nombre de Clemencia Isaura. Han obtenido el premio autores como: Marcela González de Rico en 1989 con "Memorias de sal", José de Jesús de Loza Páiz en 1992 por “Confesión del Fugitivo” o César Carrizalez en 1998 por "Palabra y espada". Quien más flores naturales ha "cosechado" ha sido el poeta de origen campechano Carlos Mcgregor Giacinti.