Enciclopedia de la Literatura en México

Humberto Aguirre Tinoco

El 13 de marzo de 1931. Realiza sus primeros estudios en la escuela primaria Juan de la Luz Enríquez y la Secundaria en el Colegio de estudios secundarios de la misma. desde muy pequeño llamó mucho su atención todo lo que ocurría a su alrededor, siempre muy atento a la plática de sus familiares mayores, pudo conocer detalles de las cosas cotidianas que ocurrían. La preparatoria la cursa en la Preparatoria Juárez de la Ciudad de Jalapa y en 1949 se inscribe en la Facultad de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, que tenía su sede en la Academia de San Carlos, precisamente es allí en donde empieza a acercarse a los pintores famosos, sobre todo a las obras que más tarde en su vida serían parte de sus más importantes proyectos.

 

Todavía estudiando, pasó a formar parte del equipo de arquitectos del despacho de Carlos Lazo, quiénes estaban encargados del diseño de diversos desarrollos turísticos y urbanos, destacándose importantes estudios sobre las ciudades de interés turístico en el Golfo de México y el Caribe, con esa inquietud innata hacia la investigación de los antecedentes históricos- culturales de su tierra natal, inicia la recopilación de obras del pintor Tlacotalpeño Salvador Ferrando, y por simpatía tuvo el apoyo de diferentes personajes, esto le permitió presentar una exposición en el Palacio municipal de Tlacotalpan, misma que luego fue exhibida en el Palacio de Bellas Artes y que tuvo la fortuna de que la reseña de la obra fuera echa por don Carlos Pellicer, lo que le consiguió diversos apoyos de algunas Instituciones culturales para continuar con su búsqueda. En 1965, y con motivo de la celebración del primer centenario de Tlacotalpan como ciudad, inaugura el Museo Jarocho Salvador Ferrando siendo este una casa típica tlacotalpeña de finales del siglo XIX, y en donde aún puede apreciarse diversas obras del pintor, muebles y otros objetos tradicionales, ese mismo día presenta el escudo de Tlacotalpan diseñado por él. Dicho museo es de los primeros de este tipo y sirve como modelo para la creación de otros tantos en el estado, también propicia el interés de las autoridades por el rescate del acervo cultural disperso, en este mismo año y gracias a sus gestiones Tlacotalpan es nombrada ciudad típica. Siendo director de culturas populares de la SEP, el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán; Humberto Aguirre Tinoco, es invitado a colaborar con él en esta dependencia, lo que le permite continuar sus investigaciones y le genera las relaciones necesarias para encauzar sus esfuerzos al rescate de las obras de Alberto Fuster, otro importante pintor Tlacotalpeño de finales del siglo XIX e inicios del XX, durante este tiempo escribe una gaceta que llama Tlacotalpan cultural en la que narra diferentes acontecimientos históricos de la región de sotavento principalmente de Tlacotalpan; publica una colección de doce libros en los que detalla vida y obra de diferentes poetas relacionados con la vida de Tlacotalpan, tales como Josefa Murillo; Julio Sesto, Gonzalo Beltrán Luchichí, entre otros;, Participa también en la investigación y proyección de la zona del caribe como centro turístico teniendo como centro Cancún y las zonas arqueológicas, así como las islas vecinas. Pero lo suyo es el arte, la cultura y siente el llamado ansioso de su tierra y sin pensarlo, acepta la invitación para ser director de la Casa de la Cultura Agustín Lara de Tlacotalpan, puesto que desempeña dinámica e incansablemente durante diecisiete años, investigando, gestionando, proponiendo y realizando acciones de beneficio para la comunidad, es en esta época que cobra fama la Casa de la Cultura, principalmente por el rescate y difusión del Son Jarocho tradicional que tiene su cuna en esta región del Sotavento, jaraneros y bailadores locales son llevados por toda la república y más allá de nuestras fronteras, promocionados por el Instituto Nacional de Bellas Artes. En la ciudad y con motivo de las Fiestas Tradicionales de la Candelaria, instituye, a finales de los setentas, el Encuentro de jaraneros, ese espacio que permite a los creadores de todas las latitudes y estilos compartir su inspiración y sentimiento con otros jaraneros que allí se dan cita en una convivencia de música, canto, baile, calor y pasión.

 

Publica por este tiempo,1980, su libro SONES DE LA TIERRA Y CANTARES JAROCHOS, al que le siguen, EL TENOYA, CRÓNICAS DE TLACOTALPAN y diversos artículos para periódicos y revistas con temas variados que incluyen su investigación sobre el nacimiento de Agustín Lara, y donde encuentra testigos de su innegable “ TLACOTALPEÑISMO” . Es invitado a colaborar en el diseño de la estructura organizacional del Instituto Veracruzano de la Cultura IVEC. Participa también como consejero para la fundación de algunas Casas de la Cultura en el Estado.

 

Imparte pláticas y conferencias en diferentes instituciones educativas, procurando interesar a las nuevas generaciones en la riqueza cultural de nuestra región y Estado.

 

Logra uno de sus sueños, rescatar de las bodegas del Instituto de Bellas Artes algunas obras de Alberto Fuster, procurando su restauración, diez de ellas se exhiben de manera permanente en el SALÓN DE LOS REBELDES de la Casa de la Cultura de Tlacotalpan, el cuadro de “Mi abuela jarocha en traje de novia” en el Museo Jarocho Salvador Ferrando y el cuadro monumental de “Apoteosis de la Paz” en el Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México.

 

Es nombrado HIJO DISTINGUIDO del estado de Puebla por sus investigaciones sobre Cholula y sus pirámides, y los grupos étnicos de esa región. Recibiendo notables muestras de agradecimiento y admiración del gobernador de esa entidad.

 

Continúa con su caminar hacia el interés para que Tlacotalpan sea nombrada Ciudad monumental, sirviendo como guía y fuente de información para las personalidades de la UNESCO que desfilaron evaluando las características arquitectónicas de la Ciudad, que culmina con el nombramiento de Tlacotalpan como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

 

Participa en el rescate de algunas obras de pintores orizabeños, que se concentran en el Museo Regional de Orizaba, y es invitado para que funja como su director.

 

Tal vez ese amor apasionado por su terruño lo hace regresar a Tlacotalpan a escribir este anecdotario de costumbres y aconteceres que titula ISLA INTERIOR y que todavía está desarrollando.

 

Para quiénes tenemos el privilegio de vivir cerca de este incansable guerrero defensor de la cultura, es una obligación el promover que las instituciones realicen un merecido reconocimiento a su trayectoria ya que el dicho es inequívoco.