Creció en Coyoacán, en el seno de una familia clasemediera. Su madre, educadora, franciscana, amorosa y santa. Su padre, oftalmólogo, comunista, honrado, amante de los libros, la pintura y la buena música. Antropólogo de profesión y estado de ánimo, es profesor investigador del INAH desde 1999. Llegó a Querétaro en 1995, comprometiendo en ésta, su tierra adoptiva, la mayor parte de sus esfuerzos intelectuales y sus acercamientos etnográficos, de la mano de las poblaciones indígenas de la región. No profesa ninguna religión en particular, pero es devoto de Tonanzin Guadalupe, de Izpapálotl del Pueblito y de la Xaha, deidad acuática de los otomí chichimecas. Atrapado por el cargo que ahora desempeña como Coordinador Nacional de Antropología del INAH, procura continuar su trabajo académico en los ámbitos de la etnografía, el patrimonio cultural, la formación de nuevos antropólogos y la crítica social.